Una frase que te guste: “Sé la clase de persona que te gustaría conocer”, me ha acompañado toda la vida. Pero desde que el cáncer llamó a mi puerta (la tiró abajo, mejor dicho) hace tres años, es: “Caerse está permitido, levantarse es una obligación”
Cargo y empresa: Última posición “Secretaria de Asesoría Jurídica en Técnicas Reunidas”. Actualmente: estoy en una Incapacidad Permanente Absoluta, por lo que no puedo trabajar.
Socia de ASPM desde: 2016, número de socia 1190.
¡ABRIL NOS TRAE NUEVA ENTREVISTA Y ENTREVISTADA!
Conozcamos a Sara Gómez
(conocida cariñosamente como Saruchi)
P: Cuéntanos tu trayectoria profesional…
Empecé a trabajar con tan sólo 16 años en una perfumería de la calle Lagasca (se llamaba ‘Carla’), porque era una inconsciente y dejé de estudiar puntualmente. Mi padre (la persona a la que más admiro, junto a mi madre) me abrió los ojos, y fue cuando retomé mis estudios, pero seguí trabajando al mismo tiempo.
He pasado por grandes empresas como Vallehermoso, Unidad Editorial (periódico ‘El Mundo’) y Técnicas Reunidas. Siendo ésta última donde me dejé la piel literalmente.
P: ¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional y el principal obstáculo?
Considero que he tenido una progresión laboral muy buena, debida precisamente a todos los “desafíos” que me fui encontrando en cada uno de mis trabajos. Pero si tuviera que resaltar uno en concreto, sería el haber tenido un superior al que no admiraba y del que no tenía nada que aprender, por lo que tuve que recurrir a mi resiliencia para suplir esa carencia, y hacer que cada día mereciera la pena el esfuerzo de ir a un trabajo insustancial.
P: En un tiempo tan desafiante, ¿cómo crees que se ha transformado la figura de la Asistente?
Creo firmemente que nuestra profesión es la más camaleónica, ya que conseguimos siempre adaptarnos al medio, y eso nos dota de una gran capacidad de transformación. Sólo tenemos que echar la vista atrás, y ver la evolución que hemos tenido, de ser la persona que tan sólo responde a un teléfono y toma notas, a ser la mano derecha de nuestros superiores. Hemos crecido mucho y nos hemos convertido en una pieza indispensable en las empresas.
P: Si tuvieras que recomendar una buena práctica diaria, ¿cuál sería tu TIP más efectivo?
Aunque a priori pueda parecer una tontería, yo diría que la mejor práctica diaria es ser feliz y hacer feliz a los que te rodean. Cultivar nuestra felicidad con todas las herramientas que la neurociencia pone a nuestro alcance, porque sólo así seremos capaces de desempeñar nuestro trabajo de una forma eficaz.
“La felicidad no mira dónde nace, sino a dónde puede llegar” Séneca.
P: ¿Has teletrabajado? Ventajas y desventajas.
Con esto abrimos un buen melón. Una de mis hermanas siempre ha teletrabajado, ya que así era el formato de su trabajo desde el inicio, y recuerdo que la envidiaba a rabiar.
Llegó el confinamiento y, con él, el famoso teletrabajo. Me sentí afortunada de poder continuar con mi labor desde casa, pero pronto descubrí “las luces y las sombras”, que tantas veces le escuché decir a nuestro querido D. José Lladó.
Ventajas: No tener que soportar una hora de atasco, olvidarme del tacón y llevar siempre un moño despeinado (como le gusta decir a mi amiga Elena), escuchar por la ventana a los pájaros, aprender nuevas aplicaciones (Teams), descubrir que era más autónoma de lo que imaginaba, comer con mis padres todos los días…
Desventajas: la jornada laboral no tenía horario y la sensación de desconexión y distanciamiento con el resto de los mortales.
P: ¿Cómo te llevas con la tecnología? Crees que la situación actual exige mayores habilidades tecnológicas?
Me gusta la tecnología, creo que nos brinda la gran oportunidad de llegar más allá. Antiguamente, si llamabas a alguien fuera de su horario laboral un asunto urgente se quedaba sin solucionar hasta el día siguiente. Hoy en día eso ya no sucede.
Pero como toda herramienta, hay que saber utilizarla y no hacer esclavo a nadie de ella, o marginarla por su desconocimiento o su desaprobación.
Obvio, que a mayor conocimientos/habilidades tecnológicas, se puede abarcar un mayor terreno de actuación.
P: ¿Cómo has conocido a ASPM y que te ha impulsado a asociarte? ¿Qué destacarías?
Fue a través de una compañera de trabajo, que supe de la existencia de la Asociación, y recuerdo la fascinación que me produjo el saber que había un colectivo de personas que sentían y amaban la profesión como yo.
Lo más destacable para mí es ese sentir que proporciona el estar en contacto con personas que comparten contigo tus mismas inquietudes, vicisitudes, deseos y esperanzas.
P: ¿Qué crees que podría aportar ASPM para dar mayor visibilidad a nuestro colectivo?
La unificación profesional a través de un Colegio de Secretarias.
P: Antes de finalizar este bloque de preguntas, te trasladamos la pregunta de la asociada del mes anterior: ¿Crees que existe el destino o lo creamos nosotros con nuestros actos?
Creo en el trabajo duro, en la constancia, en la pasión con la que hacemos las cosas en nuestro día a día y todo ello te llevará al destino que tú quieras.
Somos dueños de nuestra vida, de hacer con ella lo que queramos y de llevarla por el rumbo que deseamos.
P: Pasemos ahora a las preguntas más personales. ¿Si volvieras a nacer repetirías la experiencia de ser Asistente o te inclinarías por otra profesión?
Cuando naces siendo secretaria/asistente, no concibes la posibilidad de nada más. Siempre me gustará ayudar a los demás, siendo el vehículo con el que consiguen sus logros.
P: ¿Te gusta leer? En caso afirmativo ¿Tienes un libro predilecto?
Esta maravillosa afición la tengo desde pequeña gracias a mis padres. Me leí toda la antología de Dean R. Koontz, un escritor estadounidense de un estilo similar a Stephen King. Una lectura inapropiada y muy densa para una niña de esa edad, pero me encantaban. Y el colofón lo puso mi padre, recomendándome leer ‘El criterio’, de Jaime Balmes.
Mis dos libros favoritos siempre serán ‘Los pilares de la tierra’, de Ken Follet, y ‘Los renglones torcidos de Dios’, de Torcuato Luca de Tena.
Pero actualmente estoy devorando libros orientados al estoicismo y la salud, como puede ser ‘Invicto. Logra más, sufre menos’, de Marcos Vázquez; ‘El diseño humano’, de José María Catalina de la Peña; y ‘Hábitos que te salvarán la vida’, de la Dra. Odile Fernández.
Aunque también tienen un lugar en mi librería “Encuentra tu persona vitamina” de Marián Rojas Estapé, al cual tengo mucho cariño porque me lo firmó ella personalmente, y fue regalo de mi amigo Juan.
“El pequeño libro que hará grande tu vida” y “Hazte cargo de tu poder” de mi querida amiga María Fernández.
P: ¿Practicas algún deporte? En caso afirmativo, ¿cuál?
Hago deporte desde que tengo uso de razón. Comencé con el aeróbic (¡Lo que se sufre subiendo y bajando de un step!) y con la natación (mi madre fue nadadora en sus tiempos jóvenes).
Soy firme defensora del deporte y del impacto tan positivo que tendría si desde pequeños tuviéramos una asignatura bien estructurada de ‘Deporte y nutrición’ en los centros docentes.
Actualmente hago yoga integral, pilates de máquinas, clases de danza (contemporáneo y Urban Dance), escalada en rocódromo, padel y ahora quiero probar el tiro con arco.
P: ¿A qué no puedes resistirte?
A mi perrita Indie (es un husky siberiano de siete años) y al chorizo en todas sus variedades.
P: Si te perdieras ¿dónde te encontraríamos?
En mil lugares de la naturaleza, pero sobre todo me encontraríais con mi familia y/o amigos.
P: ¿Qué cambiarías de tu realidad?
Lo primero que se me vendría a la cabeza sería no estar pasando este cáncer, que me ha dejado como recuerdo una colostomía definitiva, pero hasta esto ha forjado mi carácter.
Cambaría la falta de humanidad de las personas que nos dirigen.
P: Para terminar la entrevista: Una frase que te identifique:
“Aprendí que el coraje no es la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él. Un hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino aquel que lo conquista”, de Nelson Mandela.
P: Y por último, la ya tradicional pregunta que nos deja Sara Gómez a la asociada del mes próximo:
¿Consideras que eres coherente con lo que piensas, lo que dices y lo que haces en tu vida para ser feliz?