Yuuuhuuu… ¿Me echabais de menos? La Secretaría Indiscreta

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EN LA SECCIÓN «PALABRA DE SECRETARIA»

A través de esta sección, compartiremos reflexiones, monólogos y situaciones que se podrían dar en el día a día de cualquier profesional de nuestro campo

¡Vuestra secretaria más dicharachera ha vuelto!
Hoy me acordé de una situación, que cualquier parecido con la realidad podría ser mera coincidencia… o no.

La situación de hoy pasó hace años ya, el día que conocí a Esperanza la Milagrosa, ese día entendí que tengo la profesión más rocambolesca del mundo porque en esta profesión nadie te asegura que lo que empieza siendo un día tranquilo, finalmente lo sea 😅

-Esperanza, donde andarás, seguro que ya retirada, ¡te lo has ganado, querida!

Os cuento, ella no era una secretaria al uso, ella se definía como maga, equilibrista, yo añado que podría haber sido hasta doble de escenas de acción en Hollywood. Cuando yo la conocí, era la secretaria de la CEO de “Pormigato, mato” una app de cuidados para animales de compañía, su jefa era la Señora Quieromacho, reina del drama en 24×7.

Ese día se presentaba tranquilo, la señora Quieromacho no estaba por la oficina, volvía de un viaje de trabajo e iniciaba las vacaciones en un bonito crucero para solteros.

Esperanza ese día «solo» tenía 2 tareas:

  • Preparar un dossier con los solteros del crucero que podrían encajar a la Señora Quieromacho.
  • Pasarse por la casa de su jefa para bañar a sus 3 gatos, aunque odiaban el agua más que cualquiera de nosotras un lunes.

 

Iba a ser un día precioso. Esperanza ya se visualizaba con un buen libro en el sofá de su casa a media tarde, pero… De repente, ese tono de llamada, a medio camino entre la amenaza nuclear y el apocalipsis, la despertó de su ensoñación: era la Señora Quieromacho, «Drama is coming»- pensó Esperanza-.

Efectivamente, ese instinto no falla, era ella, le llamaba desde el aeropuerto en pleno ataque de ansiedad:

– ¡Esperanza! ¡Mi vuelo se retrasa! ¡Haz lo que sea, pero que el crucero no zarpe sin mí! ¡Tengo que llegar como sea, no puedo quedarme sin vivir ese crucero rodeada de tantos singles, deseosos de conocerme! Y no olvides bañar a Ramsés, Cleopatra y Osiris.

– ¡Ah, y el dossier de los solteros! Si hay algún “falso soltero “o «sospechoso», lo quiero fuera. Sé cuidadosa, acuérdate el último que conocí que me robó mis tacones favoritos.

– ¡¡Encadénate al barco si hace falta, pero que no se vayan sin mí!! y colgó.

Esperanza, respiró hondo y se puso manos a la obra. Primero, los gatos. Cuando llegó al domicilio, los gatos le habían preparado una bonita gymkana: Ramsés se escondió en la lavadora, Cleopatra trepó a la lámpara y Osiris fingió estar dormido (el falso ronquido le delató). Tras más de 1 hora de persecución, maullidos y una lluvia de pelos, los tres acabaron limpios, perfumados y, Esperanza sorprendentemente, con la dignidad intacta.

Cuando miró el reloj, palideció…¡¡tenía que parar un barco!! 😨

Mientras volvía a la oficina actualizó el dossier para descartar los «falsos solteros». Investigó a los candidatos como si fuera detective privado: “Este tiene foto con suegra, descartado. Este posando con siete perros, aceptado, así esos gatos podrían aprender… Este tiene cara de actor de telenovela, ¡aprobado!”

Y llegó el momento de contactar con la naviera… ¿cómo iba a ella a parar un crucero? Pero era eso o perder las 2 semanas de paz que iba a tener mientras su jefa estaba de vacaciones. En la naviera, la secretaria que le atendió solo le dio el teléfono del capitán y le dijo: «si le convences a lo mejor se espera…»

Esperanza, con su voz más persuasiva, le explicó al Capitán que la Señora Quieromacho era “vital para la economía mundial” y que, si no esperaba, Europa podría entrar en recesión y eso le subiría los tipos de interés de las hipotecas de todo el mundo. El capitán, entre impresionado e incrédulo,
accedió por si las moscas. (Sabéis que cuando nos ponemos persuasivas, nos ponemos)

Finalmente, la Señora Quieromacho llegó al crucero, triunfante y sin saber que, tras bambalinas, Esperanza se había ganado el pase VIP al cielo. Porque así somos las secretarias: invisibles, desgraciadamente sí…

¡pero capaces de hacer milagros con una mano mientras con la otra escriben un email, con el pie atrapan un gato fugitivo y te convencen de poder hacer el mundo un sitio mejor! ¡¡Somos la pera!!

Palabra de Secretaria

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