Queridos lectores, compañeros.
Una tarde para recordar, para mí, será histórica, en el majestuoso Hotel Four Seasons.
Era una tarde fresca, pero la sensación era cómoda de temperatura.
Me recibieron en la puerta, abriéndome la puerta del taxi, y con la mas sincera sonrisa de un empleado feliz.
Esto, ya me iluminó, entré…Y la explosión de sentimientos y sensaciones, eran como un volcán en erupción, no sabia donde mirar, cualquier rincón, era homogéneo, los colores neutros, y la sensación de frescor sin ambientador, me hizo coger aire, y el aroma a orquídeas frescas me hizo sentir imperturbable.
Sabía que habías llegado a un espacio de ensueño.
Esperamos a nuestro contacto sentadas en un sofá art déco de terciopelo verde inglés, digno de Hércules Poirot en sus mejores tiempos y galas.
Nuestra querida guía, nos paseo por los inmensos, largos, distinguidos pasillos, repletos de obras de arte, siendo estos en la mayoría Españoles, todo un honor, porque las piezas eran bellísimas.
Las habitaciones, llenas de luz y paz, esperando al viajero, para ofrecerle en sus espacios sosiego y reposo.
Ese sosiego y reposo , después de visitar nuestra magnifica ciudad, donde todos somos siempre bien recibidos, visitando nuestros grandes museos, nuestras tabernas, bares, calles repletas de luces en la noche, y calles regadas en los días calurosos de Madrid.
Y qué tal si después de una buena ducha, y descansar un ratito, subimos a la terraza ,cargada de opulencia a la vez que completa de espacios, para la reflexión y si quieres, la contemplación.
¡Maravillosas vistas de todo Madrid!
Este hotel, es digno de los mejores huéspedes, incluso, me atrevería a decir, que se podría escribir una bella poesía, o una buena obra histórica en los espacios de este faustuoso Hotel, FOUR SEASONS.
Tiene la magia, tiene el drama, la magnificencia, y la concordia para ser la mejor elección.
Y no podrás irte, sin probar los deliciosos pinchos, cócteles, aperitivos, que se sirven en el bar de la planta baja “ El Patio “. De hecho, están, para volver cada día, es un espacio ligero, con encanto, fulgente hasta el anochecer.
Gracias por todo querida Solana
La mejor anfitriona, parigual con el gran Hotel y sus diferentes, edificios y rincones.
Un bello recuerdo, que será una realidad de nuevo, en breve
Muchísimas gracias por hacer realidad esa tarde maravillosa
Jacinta Gimenez Bedmar